26 de septiembre de 2011

Una casa en un molino antiguo

Hace cuatro años que se rehabilitó este antiguo molino para convertirlo en un lugar para descansar y relajarse.
En medio de matorrales, a la orilla de un hermoso arroyo se sitúa este antiguo molino que data del siglo XVII.
Los dueños, que residían en París, decidieron dar un cambio a sus vidas y trasladarse al sur. Durante cuatro años pasaron arquitectos y diseñadores que han hecho posible que hoy esté listo para vivir.
Del antiguo molino sólo se conserva la estructura. Se crearon dos patios cerrados, uno al sur y otro al norte, para disfrutar del exterior durante todo el año, y en uno de ellos se construyó una piscina para refrescarse cuando llega el calor del verano.


La casa tiene una superficie de 350 metros cuadrados. La planta baja consta de vestíbulo, cocina, salón, comedor y una habitación doble con baño. En la primera planta hay cuatro habitaciones con baño y sala de TV.

 

Tonos beiges y marrones, con pinceladas de colores suaves, le dan un aire sutil. Las paredes y la tapicería blanca iluminan el espacio. Para acentuar la dulzura, todas las esquinas son redondeadas.
Para preservar la historia del molino, se ha conservado y mejorado las características originales, como por ejemplo la muela, que es el punto de partida de la nueva escalera. Mediante un cristal aún se puede admirar el antiguo mecanismo utilizado.

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